viernes, 29 de noviembre de 2013

SEGUNDO MATILLA MARINA(1862-1937)

Segundo Matilla. Autorretrato
Tal como ya comentamos en otro artículo, el paralelismo en algunos aspectos de la vida de Segundo Matilla y de Eliseo Meifrén, así como  la  comparación constante que de la obra de ambos artistas se ha hecho, no es ni mucho menos determinante a la hora de supeditar el arte de uno respecto al otro. Es más que cierto que los encontramos en las mismas salas de exposición, tanto en Barcelona como en Madrid, en los mismos certámenes, compartiendo caballete en la Costa Brava, especialmente en Cadaqués. Nos da la sensación que, casi sin pretenderlo, siguen ambos pintores sendas similares. Sabemos además que la relación que se estableció entre ambos era clara y sincera.

Sin embargo el carácter más atrevido y aventurero de Meifrén contrasta con la discreción de Matilla y la necesidad de vivir al margen del éxito conseguido por  sus obras. Mientras Eliseo Meifrén viaja incansablemente y pinta en Europa y América, al tiempo que presenta sus pinturas a numerosas exposiciones y premios nacionales e internacionales, Matilla, de origen madrileño, pero establecido en Barcelona desde su infancia, pinta básicamente en Cataluña. Además su participación en certámenes oficiales mengua en el momento que consigue vender gran parte de su obra en exposiciones individuales o de manera privada. Curiosamente, los dos artistas, reconocidos paisajistas, desarrollan una faceta también como retratistas, más vocacional en Matilla y más coyuntural en el caso de Meifrén. Es remarcable que uno de los destinos principales de la producción de Segundo Matilla, sobre todo a partir de 1910,  serán las colonias de españoles residentes en Sudamérica, ávidos de conseguir obras de arte provenientes de su país. Os exponemos a continuación una serie de obras de Segundo Matilla sin más objetivo que compartir la belleza, la frescura y la maestría que evidencias algunas de ellas. 











lunes, 18 de noviembre de 2013

OBRAS INÉDITAS APORTADAS POR LECTORES (VI)

De nuevo incorporamos una serie de obras, en este caso creemos que bastante singulares, y que diversos lectores del blog nos envían para que sean publicadas. La primera pintura que exponemos está datada en 1882. Son muy pocas las obras de primera época inéditas que hallamos en el mercado, por ello, nos parece especialmente interesante. Tal como hemos podido comprobar, está en perfecto estado y no ha sufrido ningún alteraciones de ningún tipo. Ese preciso año, un joven Meifrén contraerá matrimonio con Dolores Pajarín y viajarán juntos a París. Por el camino se detendrán en Olot, Camprodón y Puigcerdá. Al año siguiente, concretamente en febrero de 1883 se celebrará una exposición en el Ateneo de Barcelona. Meifrén presentará diez obras, entre las que se encuentran dos tituladas "Puesta de sol", otra "Invierno". Sin poder confirmarlo con absoluta rotundidad, casi podemos afirmar que esta pintura es una de las anteriores. Una joven cargada con lo que parecen ser unas ramas camina en solitario, en un paisaje crepuscular, junto a unos viejos sauces que señalan el cercano rio. Nos evoca esta obra algunas pinturas de Joaquín Vayreda, paisajes de la comarca de la Garrotxa, Girona. Por el especial interés de la misma, añadimos además dos detalles, entre los que se encuentra la firma del autor. 

Camino junto al rio. 1882. Óleo sobre tela.
Eliseo Meifrén.


Camino junto al rio. 1882. Detalle.
Eliseo Meifrén.
Camino junto al rio. 1882.
Detalle de la firma
Eliseo Meifrén.

























La siguiente pareja de obras de Meifrén tienen la peculiaridad de parecer componer un díptico. Las dos pinturas se nos presentan juntas, y, sin encajar por completo la una con la otra, si que parece que conforman una visión del mismo paisaje.  Sin embargo, cada pintura, firmadas ambas, constituye una obra totalmente acabada. Nos recuerdan a tantos paisajes similares realizados por el artista, a caballo del siglo XIX y XX, tanto en la península como en Canarias. 

Pareja de Paisajes. Óleo sobre tela
Eliseo Meifrén.


En último lugar, dos pequeñas tablillas, la primera con un paisaje urbano y la segunda, con un estudio de unos caballos. Estas dos pequeñas pinturas, sin aparente transcendencia nos resultan sumamente importantes. Dos motivos son los que a nuestro parecer les confieren relevancia. El primero es que los propios descendientes del artista nos las dejan, el segundo es la historia que llevan a sus espaldas. Un joven Eliseo Meifrén viajó a París por primera vez en 1879. Nos relata la familia que, en contra del criterio de su padre, que considera que todavía no debía estaba preparado para esta aventura, un decidido Meifrén marcha y una vez en París vive de una modesta cantidad de dinero que lleva consigo y de la venta de pequeñas notas, la mayoría de las cuales son adquiridas, curiosamente, por un mismo comprador. Cuando Eliseo vuelve a Barcelona, y relata el éxito que ha tenido con la venta de sus pequeños cuadros, se lleva una tremenda sorpresa. Sus padres habían encargado a un conocido que comprara esas pinturas y de esta manera, asegurarse que su hijo no pasara penurias. Lo conducen a una estancia de la casa y abren un arcón. Eliseo Meifrén no se lo puede creer, delante suyo están de nuevo todos sus pequeños cuadros... 

París. Óleo sobre tabla
Eliseo Meifrén.


Estudio de Caballos. Óleo sobre tabla
Eliseo Meifrén.